viernes, 11 de mayo de 2012

Yuyos varios (kokoros y etc)


Tengo un dolor de muela que va y viene (por suerte turno con el dentista la semana próxima) y un día medio malhumorado y no por la muela.
Fui a trabajar sin ganas, terminé tarde, corriendo un poco llegué puntual a la salida del colegio (a la entrada no). No se como hacer para llegar a horario a la mañana o en realidad sí, tengo que levantarme más temprano).
Anduve paseando por ahí, me entusiasmé como una niña al ver koinoboris y me puse a contestar comentarios en blog ajeno (que verguenza), ví llegar un swap con té y mamarrachos (combinación perfecta), fotos de gente linda como su casa, tutorial para bolsa que espero poder hacer algún día, me asusté por una tormenta en altamar , conocí un buen librero, me tenté con una receta que sé que jamás voy a hacer, recordé las veces que sonreí ante el buzón, y me alegré por un bebé en camino.
Me preocupé por la cantidad enorme de cosas que tengo pendientes y me enojé con mi hija.
La vi dibujando en el escritorio con un marcador de los míos (indeleble) y le dije que no dibujara más ahí con ESE marcador. Mucho no me preocupé. En general no se pasa de la hoja. Hasta que ví manchado de rojo el escritorio (que ya tenía su buena cantidad de marcas azules) y el piso de mi cuarto (me hizo caso con respecto al AHI y se fue a otra parte), ella no se pasa de hoja pero el marcador sí.
Salimos a imprimir unas fotos para el jardín. Se pusieron a jugar con Flopi, una perrita del barrio y cuando llegamos estaba cerrada la casa de fotos. Eran para el lunes (la abuela que todo lo puede lo va a solucionar). A la vuelta mi hija mayor se cayó por correr atrás de un perro salchicha y me preguntó por vez número mil si podemos tener un perro.
Cambiando de tema les muestro el dibujo.



Los últimos corazones obedientemente pintados con SU lápiz....
Me sentí una mala madre.


domingo, 6 de mayo de 2012

Esconderse en un rincón del mundo

Esconderse en un rincón del mundo
Jimmy Liao
BARBARA FIORE EDITORA

Acá hay una reseña y algunas páginas de este libro.
No tengo mucho más que agregar.
Pero sí les puedo decir para quien es. Mi ahijada cumplió 15 años en enero. Vive en Rochester. Tengo que reconocer que no me salió bien ser madrina a la distancia. Quería mandarle un libro para su cumpleaños. Entiende bastante español pero igualmente tenía que ser con poco texto para no complicarle la existencia. Pensé en El Eternauta pero al releerlo me pareció más triste y desolador de como lo recordaba. El comentario en la contratapa: "Metáfora alucinante del país arrasado, entregado a los intereses externos y dominado por el invasor..." me confirmó que mi idea no era para nada adecuada. Me alegró mucho encontrar en febrero este libro de Jimmy Liao.


"En mi corazón vive una niña que siempre que tiene la sensación de que el mundo no funciona, se esconde en su rincón. En el rincón hay canciones que esperan a que ella las cante, acertijos que esperan a que ella los resuelva, recuerdos que esperan a que ella los evoque, sueños que, como la hojarasca, tiene que amontonar e ir examinando… Allí respira tranquila y camina despacio. El silencio entre notas da forma a la música, un silencio que transmite el mensaje de que existe un mundo nuevo y hermoso. En mi corazón vive un niña que siempre se esconde en el rincón, pero sólo por un rato. Es porque necesita un poco de tiempo para volver a encontrar su lugar en el mundo."



Va a llegar un poco tarde, teniendo en cuenta que nació en enero, pero acompañado por una torta de 1 kilo de alfajor Havanna,  libro para la hermana (recién me decidí en mayo), varios origami que no pesan demasiado, libretita para la mamá, bon o bon para el papá y si entra un dulce de leche. 




También por esta tarjetita que vino en un sobre lleno de cosas lindas que me regaló Paola 

miércoles, 2 de mayo de 2012

Realidad cotidiana

La queja:
Resfrío, tos, disfonía desde el fin de semana que no se van + dolor de muela nuevo no sé si producto de mi histórico bruxismo o de alguna catástrofe odontológica.
Sin calefacción, con saco y bufanda en el living. Igualmente me parece que hoy no hace tanto frío.
Dormí poco anoche y tengo que terminar un trabajo para mañana.
Me falta mucho. Hoy había un ensayo en el jardín para un acto y preferí unas horas menos de sueño a no ir.
Alguien cree que el té con jenjibre pueda hacer milagros?
Por las dudas me lo tomé y ahora sigo con café.
Instantáneo que es el que hay, pero Nescafé Cap Colombie (convive en el estante de mi cocina con descafeinado y Arlistán). No será Juan Valdez pero no me puedo quejar.
En realidad no debería quejarme de nada pero últimamente me cuesta más no dormir y existir al día siguiente.
Los años no vienen solos...

Algunos motivos para no quejarme más:
Tengo entradas para ir a ver a Ryuichi Sakamoto, no será lo que esperaba pero es una salida de a dos un lunes y eso solo ya me suena bien. Los Recuerdos (restaurante colombiano) queda cerca y me tienta mucho.
Una lindísima pequeña lectora eligió la i y me gané un libro de Andrés Quincoses que pienso llevar en mi próximo viaje.
Hay próximo viaje o por lo menos eso espero. Acá nomás, y pocos días pero me gusta pensar en que está esa posibilidad. No como antes con pasaje ida-vuelta y el resto a decidir en el momento. Cerca y planificado. En este momento es mejor así. Espero que alguno de los dos tenga tiempo esta semana de arreglar las cosas. También conseguir rápido un turno con el dentista.
Me acuerdo cuando Vero sorteó en Alma Singer el libro de Anahí Flores de yoga me dió verguenza no haber ido a buscar todavía los imanes de Jacarandá artesanías de un sorteo anterior y no me anoté... (no me puedo quejar de mi suerte). No sé si alguna vez podré pasar de Wai Lana en su versión infantil pero en una de esas pruebo...
Cuando se vaya la peste va a ser una alegría buscar mi premio y conocer a La Lectora!.