sábado, 16 de julio de 2011

Japonés

Empecé a estudiar japonés este año. Aprender un idioma cuya escritura es diferente me hizo sentir como si estuviera otra vez en primer grado. El primer día llegué tarde. Los demás también. Uno de los pocos bancos libres era el anteúltimo de la fila de la pared. Ese fue mi lugar de siempre, parecía que me estaba esperando. Me gustan las clases. Es un placer escuchar al sensei hablando en japonés. Le entusiasma hablar de las costumbres de Japón y comentar lo que le llama la atención de Argentina. Hay diferencias que le gustan como la sobremesa al ir a comer afuera y otras que no termina de entender y aunque no dice nada se nota que lo alteran, como la falta de puntualidad de sus alumnos o el ruido que se escucha en los pasillos después de haber salido varias veces a pedir silencio.
Me fue bien en el primer examen. Puedo leer hiragana aunque dejando de lado el libro de texto, entienda solamente palabras sueltas.
Aprendí más de gestualidad japonesa en estos meses que en el libro de Michitaro Tada.
El profe (él traduce así sensei) viaja a Japón por problemas familiares y no sabe si vuelve. Eso es todo lo que dijo. Me conmovió escucharlo. Una nena chiquita estuvo un rato esperando tímidamente en la puerta hasta que el la vió y entró para darle una cartita. Sin saber lo que dice creo que es lo mismo que yo espero.

2 comentarios:

  1. qué lindo María!! me encantan los idiomas!
    Ojalá tu profe vuelva y puedas seguir con el curso!

    ResponderEliminar
  2. Hace mucho que quiero y no puedo, asi que por hoy voy a intentar ser anónima, aunque mi comentario me delate....
    El me parece que en algunas me fue bien resultó ser un 98/100, y por tanto que nos preocupamos no puedo más que mencionarlo!!
    Yo también espero que todo resulte bien, me gusta cuidar de mis sobrinas los viernes, besitos....

    ResponderEliminar